Enfermedades
psicosomáticas.
Que las emociones que experimentamos cotidianamente provocan cambios en
nuestro organismo es un hecho demostrable sobre el que no existe controversia.
Pero, las emociones además de ciertos cambios que nos podemos dar cuenta,
también causan modificaciones en la estructura o en el funcionamiento de los
órganos internos de nuestro cuerpo. Ciertamente, ha costado mucho más tiempo y
esfuerzo descubrir esos cambios, pero al final han sido muy bien descritos por
los investigadores y científicos.
Muchas de
las personas que acuden a consulta medica se quejan, sobretodo, de problemas de
salud en los que los aspectos somáticos y psíquicos se combinan, dando origen a
un tipo especial de enfermedad. La esencia fundamental de estas dolencias es
que están mediatizadas por factores psicológicos que las agravan, o en
ocasiones incluso llegan a provocarlas. En este caso se dice que la persona
sufre de una enfermedad psicosomática.
Las
enfermedades psicosomáticas son un fenómeno más común de lo que cabría pensar.
Constituye aproximadamente el 25% de las consultas médicas. Casi todos
percibimos síntomas somáticos leves y transitorios, pero no por ello vamos al
medico. Sin embargo algunas personas experimentan un profundo malestar. No se
conoce la frecuencia exacta con la que se presenta este tipo de enfermedad
debido a que quien la padece no siempre es diagnosticado como somatizador.
Se
entienden las enfermedades psicosomáticas como una forma de expresar malestar
psicológico a través del cuerpo, o sea a través de síntomas físicos.
Cabe
resaltar que, aunque se hable de que algunos factores psicológicos están detrás
de los síntomas físicos, estos síntomas son lo mas llamativo y el motivo de la
consulta al medico. Con frecuencia existe una relación temporal entre la
presencia de uno o varios factores de estrés y el inicio o intensificación de
los síntomas.
La
mayoría de los pacientes presentan un trastorno físico demostrable, pero muchas
veces éste no explica los síntomas por los que el paciente acude a consulta. No
es solo uno de los problemas más frecuentes en las consultas de medicina
general, sino que acarrea graves complicaciones y riesgos a quien lo padece.
Esto
lleva a una persona a consultar al medico, el cual después de la entrevista y
las exploraciones necesarias, puede que no encuentre ninguna alteración que
justifique su malestar. A pesar de ello, algunos pacientes continúan
preocupados y con malestares, es entonces cuando pueden ser remitidos al especialista
correspondiente, lo cual implica someterse a nuevas exploraciones,
tratamientos, consultas, sin que se encuentre una causa orgánica a su
sufrimiento. En ocasiones estas somatizaciones tienden a hacerse crónicas, lo
que a menudo, genera un abuso o dependencia de determinados fármacos.
Las
quejas de este tipo de pacientes son reales, severas y requieren un tratamiento
medico para obtener la curación o el control de la sintomatología. En caso de
no recibir el tratamiento adecuado, la enfermedad psicosomática podría llegar a
poner en peligro la vida del paciente. No obstante los conocimientos actuales
aconsejan que para obtener una completa desaparición de los síntomas y una
recuperación real, no basta solo el tratamiento medico de la enfermedad física,
sino que es necesaria la colaboración terapéutica de psicólogos profesionales,
que complementan el tratamiento, brindando atención a los factores psicológicos
que intervienen.
Por lo
general, la persona que padece un trastorno psicosomático no se da cuenta del
estado emocional en que vive hasta que ya es demasiado tarde.
El
carácter difuso que manifiestan algunas personas suele desembocar en
procedimientos de diagnostico invasivos o en intervenciones quirúrgicas de
amplio espectro, algunas tan peligrosas como mutilantes.
Las
dolencias más comunes son las respiratorias (reacciones asmáticas),
gastrointestinales (gastritis, ulceras) o cardiacas (hipertensión,
taquicardia).
¿Qué hacer?
Es
importante un diagnostico adecuado de este tipo de enfermedad.
En el
tratamiento de estos pacientes es importante la colaboración
interdisciplinaria, es decir, la colaboración entre el medico general, el
especialista y el psicólogo.
El
tratamiento exige una serie de cambios en el comportamiento del paciente. La
colaboración de la familia es vital para ayudar a modificar los hábitos de la
persona frente a sus dolencias.
El
objetivo principal del tratamiento en el aspecto psicológico, es ayudar al
paciente a cambiar la percepción que tiene de los síntomas, esto quiere decir
aprender a interpretarlos desde una perspectiva psicológica más que orgánica,
para que de esta manera los síntomas diminuyan considerablemente o incluso
desaparezcan.